lunes, 3 de agosto de 2009

Lejanía


Su mirada estaba puesta en la lejanía, en aquel punto donde confluyen el agua y el mar, oscurecía despacio, y podían observarse las pequeñas barcas que estaban pescando con una pequeña lucecita encendida dando la sensación de que a lo lejos hubiera verbena. Llegaba un vientecillo frío con la bruma y el oleaje que a cada momento era un poco mas fuerte. La tenue luz que quedaba hacia parecer que el mar tenia color plomo y la espuma blanca daba su toque final, como la guinda a la tarta. En estos momentos y regocijándose en lo que veía, ella sentía una paz infinita, en la que colaboraban elementos de la naturaleza tan dispares y tan en comunión como el sonido del mar con las embestidas de las olas en su ir y venir, la brisa que envuelta con el viento acariciaba y enredaba su cabello, y ese olor tan peculiar y salino que envuelve el aire y lo arrastra. En su pecho henchido no cabía más dicha, pensaba que cuando se vive la vida de protagonista, se aprecian todas las cosas y la esencia de ellas por muy pequeñas que sean.