La noche se acerca sigilosa
y el manto negro que la cubre,
hace que su silueta sea hermosa
facilitando que mi sueño se logre.
Mis anhelos son una realidad
siento, lo inalcanzable, alcanzable,
me acaricias con la naturalidad
de aquel que sabe empuñar el sable.
Y así lentamente y sin tropezar
deshaces el nudo que me envuelve,
llegado el momento, no puedo pensar,
rueda del deseo, noria que no vuelve.
Observadora y cómplice, brilla la luna
con la magia que hace especial,
estos momentos que sin duda alguna
sean tan difíciles de olvidar.
Suave y sin vacilar, me vas deshojando,
fina lluvia de fantasía y pasión
todo mi ser al unísono vibrando,
mana a borbotones la emoción.
Las palabras no nos sirven,
cuando grita el sentimiento,
solo suspiros y besos caben
labios que se rozan, mezclando el aliento.
Un cielo lleno de estrellas
que fugaces parecen parpadear,
contemplan las escenas más bellas
que los amantes han querido conjugar.
Te percibo, te respiro y de pronto
me estremezco entre tus brazos,
se hace un silencio que noto
como se van hilando nuestros lazos.
Luna, noche, estrellas y cielo,
espectadores de la unión de nuestros cuerpos
mariposas traviesas que con celo
batieron sus alas al llegar el momento.
y el manto negro que la cubre,
hace que su silueta sea hermosa
facilitando que mi sueño se logre.
Mis anhelos son una realidad
siento, lo inalcanzable, alcanzable,
me acaricias con la naturalidad
de aquel que sabe empuñar el sable.
Y así lentamente y sin tropezar
deshaces el nudo que me envuelve,
llegado el momento, no puedo pensar,
rueda del deseo, noria que no vuelve.
Observadora y cómplice, brilla la luna
con la magia que hace especial,
estos momentos que sin duda alguna
sean tan difíciles de olvidar.
Suave y sin vacilar, me vas deshojando,
fina lluvia de fantasía y pasión
todo mi ser al unísono vibrando,
mana a borbotones la emoción.
Las palabras no nos sirven,
cuando grita el sentimiento,
solo suspiros y besos caben
labios que se rozan, mezclando el aliento.
Un cielo lleno de estrellas
que fugaces parecen parpadear,
contemplan las escenas más bellas
que los amantes han querido conjugar.
Te percibo, te respiro y de pronto
me estremezco entre tus brazos,
se hace un silencio que noto
como se van hilando nuestros lazos.
Luna, noche, estrellas y cielo,
espectadores de la unión de nuestros cuerpos
mariposas traviesas que con celo
batieron sus alas al llegar el momento.
