martes, 25 de mayo de 2010

Lo diminuto es puro

No llega ni se percibe el tacto en mis pupilas, aunque no tuviera consciencia, quería haber soñado, reído, llorado e incluso haberme enamorado, pero no se porque nunca llegó el día de conocer algo nuevo. Sumo, dos, cuatro y las sumas de todas las cuentas, no se, si algún día serán restas. Solo sé, que la carga es pesada y a fuerza de sumar los años pasan. He cogido el cuchillo para tratar de hallarte debajo de mi piel, mis dedos lloran pesadas notas, en un espejo roto donde tu imagen es una noche de cristales. El dolor emergido del sistema sensorial, es el propio deseo de poseer la verdad. Sangre tal pintura negra o roja en la herida reacciona y explosiona en gotas y partículas, para entender que lo diminuto es puro, y lo grande se comprime, sabiendo así de donde proviene el generador de la vida.

lunes, 24 de mayo de 2010

Triste rastro de mis huellas.

A mil metros de la costa norte donde el sol se ahoga, encontré a mi adversario en un día claro del mes de mayo, sus afiladas garras vibraron al verme, ni siquiera un placentero aullido le sosiega, aun a sabiendas, que al llegar al sol será cenizas. Al abrir las alas en tu lucha contra el viento has abatido las penas, posando frente a mi tu pálida belleza. No me tocas... no me hablas, solo piensas en la irrealidad de este vuelo y en la verdad del destino, hoy la paciencia es tu amiga te abraza y te consuela. Mientras mi mente se ahoga sin razón alguna... y se me cobija el alma entre la noche sombría. Encuentro silencios nadando en un mar de neblina, flotando en el viento, y me dejo llevar por el perfume de vacíos envenenados de locura alimentando mi amargura y quedando en el abismo a cada hora, camino descalza entre millones de murmullos, cubriendo con dolor el triste rastro de mis huellas. Me embriago de nuevo con la madrugada, mientras el miedo me impulsa hasta la eternidad.

martes, 4 de mayo de 2010

Contacto con la realidad

Un viento suave flanqueaba su cara, tratando de acariciar suavemente sus mejillas, enmarañando a la vez su pelo rubio. Abstraída en sus pensamientos, deambulando por su mente como una pasajera, con un billete para una atracción de terror, los muros verdosos de su lacónica y triste vida la iban marcando el camino como si de una encrucijada se tratara, la humedad se palpaba y las gotas de agua se deslizaban para ni siquiera hacer ruido. Todo en esa cabeza estaba premeditadamente medido y silencioso no debía haber nada que la sacara de su embeleso, ni de sus pensamientos. Su butaca centrada en la fila cero, siempre cogida para ver en directo, con cercanía lo que a ella se le antoja, segura de donde quiere llegar y donde quiere ir a parar, ella siempre es su más fiel y leal seguidora, su mas encarnizada critica. Porque solo ella elige y proyecta las imagenes que desea y quiere ver. Jamás planta los pies del todo en el suelo, se eleva y le roza suavemente con los dedos, para no perder del todo el contacto con la realidad.