sábado, 22 de agosto de 2009

Media vuelta

Hizo un inciso, por un momento pensó que podría decir todo lo que se le amontonaba en la mente, como si de una ametralladora se tratara, soltarlo de una vez, y liberarse de la cantidad de palabras que poco a poco se habían ido convirtiendo en frases y estas a su vez en sentimientos.
Pero al mirarle al ojos y ver en su profundidad lo desvalido que era, apretó una vez más los puños y calló. Le abrazó, rozó con su manos su mejilla y le brindo la más grande y mejor de sus sonrisas, él como asintiendo la devolvió un beso. Resuelta dio media vuelta, y se alejo, como el que huye de si mismo. Sus ojos nuevamente humecidos, arrasados por la tristeza, cuanto de amargura, cuantas soledades, para ella sola. Respiró profundamente, lleno sus pulmones de energía y su cuerpo de voluntad, abrió la puerta y agarró con brío y bravura el nuevo día.