viernes, 15 de octubre de 2010

Podian mirarse de reojo

Hubo un manto alargado y negro como una sombra, que en ocasiones lo cubría todo, adivinaba el sentido de las cosas. Por que en vez en cuando, la vida se rasgaba cuando los momentos dejaban de tener importancia, el brillo y el contraste desaparecía como desaparecen las pisadas en el desierto. Aún así, siempre por muy complicado que todo pareciese, la sonrisa, la ilusión y la confianza permanecían en ella, como permanecia el brillo de sus ojos cuando oía palabras hermosas, y amables en otros labios. En ocasiones era difícil seguir el signo y el paso con los ojos tapados para no ser atrapada por sus pensamientos, aun en silencio se, escuchaba al destino encomendando retos para que sus sienes estuvieran a buen cobijo, y de vez en cuando, el sol, la vida, la alegría y los sueños podían mirarse de reojo.