viernes, 25 de marzo de 2011

Compases infinitos.

Volvimos del mundo que va del revés, cuando no hay tiempo pagamos la factura que el tiempo pasa, el aire me mueve y me mece de brisa interna, mis sentidos los hilo con la brisa anunciadora de los filamentos que erosionan mis venas. Un placer inmenso, una densidad en mi respiración los vacíos me desnudan y mi voz jadeante emerge, en los pechos tibios se guardan los secretos y en la fabula de la mente con la luna y la noche la humedad y el sudor deja caer los besos. Un vuelo de fantasías que se desatan, las luces se abren detrás de las pupilas la caricia va y viene un sin fin de veces, y siempre retorna a su cauce, pálida de alquimias y de abrazos me estremezco en dosis sobre abismos cristalinos, susurro delirante ya germinado, locura y éxtasis, delirio y al ir llegando al paraíso, compases infinitos.

miércoles, 23 de marzo de 2011

En su nube y en su mundo

Una mentira, se sumo a otra, haciéndose tan grande que cuanto mas la decía mas se la creía, y de tanto contarla y de tanto decirla, el mismo, a su misma forma y a su mismo modo pensó que era una gran verdad. de forma filibustera, pasa un minuto, una hora, un día tras otro, y tras de ese día el tiempo, el que lo cura todo, el que a carta cabal lo cuadra, lo asienta, y pone todo en su sitio. Y no sirve decir, donde dije digo, digo Diego, a lo hecho pecho, antes que las letras lleguen a juntarse, piensa en la colocación que han de llevar. Si no tienes la mente abierta, es mejor cerrar la boca. Se necesitan dos años para aprender a hablar, sesenta para callar. Es asombroso cuanto puede uno oír cuando nadie está hablando.