miércoles, 7 de octubre de 2009

Sed

La hoguera seca y te quema todo, tu no puedes contenerlo y sientes la fuerza de su tormento. Extenuada por el intenso esfuerzo y provocada por él de la manera mas apasionante para saciar la sed, haciendo una transformación de lo irreconocible, una sed ardiente que abrasa la lengua y la garganta, tanto que no puedo articular ni una palabra, hace que se seque el corazón y las entrañas. Pasiones dominadas las que quieren darte, que en lugar de confortar hacen que ardan aun más secando afectos y pensamientos. Las almas se pierden buscando calmar la sed, no sufren ni se consumen ni se abandonan a las tristezas, permanecen en la puerta del corazón de día y de noche llamando.
Tengo sed, necesito beber del rió de tu boca, apagando el fuego en cada beso, aplacando con un guiño una sonrisa, desgarrando como agua una caricia.