martes, 4 de mayo de 2010

Contacto con la realidad

Un viento suave flanqueaba su cara, tratando de acariciar suavemente sus mejillas, enmarañando a la vez su pelo rubio. Abstraída en sus pensamientos, deambulando por su mente como una pasajera, con un billete para una atracción de terror, los muros verdosos de su lacónica y triste vida la iban marcando el camino como si de una encrucijada se tratara, la humedad se palpaba y las gotas de agua se deslizaban para ni siquiera hacer ruido. Todo en esa cabeza estaba premeditadamente medido y silencioso no debía haber nada que la sacara de su embeleso, ni de sus pensamientos. Su butaca centrada en la fila cero, siempre cogida para ver en directo, con cercanía lo que a ella se le antoja, segura de donde quiere llegar y donde quiere ir a parar, ella siempre es su más fiel y leal seguidora, su mas encarnizada critica. Porque solo ella elige y proyecta las imagenes que desea y quiere ver. Jamás planta los pies del todo en el suelo, se eleva y le roza suavemente con los dedos, para no perder del todo el contacto con la realidad.